¿Cómo prevenir adicciones en momentos de estrés?
En etapas de cambio o de estrés, es común que nuestras rutinas se alteren y que enfrentemos nuevos desafíos para cuidar la salud física y mental. En este contexto, puede aumentar el riesgo de desarrollar, reforzar o desencadenar conductas adictivas.
El aumento no supervisado de ansiolítcos e hipnóticos además de ser un factor de riesgo para adicciones, puede desencadenar síntomas depresivos.
Las adicciones, o trastornos por consumo de sustancias, se caracterizan por un patrón de consumo disfuncional, que provoca consecuencias negativas a todos las áreas de la vida del individuo; habitualmente la persona ha tratado varias veces dejar de hacerlo, sin éxito, y tolera cada vez más la sustancia ( es decir que consume cantidades cada vez mayores) o presenta molestias físicas cuando baja la cantidad o suspende el consumo.
Existen muchas sustancias a las que se puede ser adicto, siendo las más frecuentes tabaco, alcohol, marihuana, entre otras.
Cualquier situación que conlleve cambios emocionales, incertidumbre, miedo, ansiedad, tristeza, frustración, desesperación o desesperanza, o la percepción de amenaza a nuestra integridad si no es manejada adecuadamente, puede predisponer a buscar la solución en el consumo de alcohol u otras sustancias, con la finalidad de pasar el tiempo o más o menos conscientemente, mitigar emociones negativas.
Agregado a lo anterior, la modificación de horarios, puede tentarnos a comenzar el consumo temprano por la mañana, y continuarlo hasta altas horas de la noche, todos los días de la semana, porque la situación puede prestarse para ello.
¿Qué hacer entonces para evitar caer en una adicción durante períodos de estrés o cambios importantes?
En primer lugar, reflexionar sobre nuestras emociones, tratar de ponerles nombre, de identificarlas, y comprender qué es lo que estoy sintiendo y cómo me afecta.
Una vez que podamos distinguir, si lo que siento es miedo, tristeza, aburrimiento, etc., es más sencillo poder decidir conscientemente si lo que requiero es consumir algo para evitar las emociones, o puedo buscar otras soluciones.
¿Cómo cuáles?
Las estrategias de prevención siguen siendo las mismas, incluso en contextos excepcionales Existen varias opciones: se recomienda mantener una rutina, es decir, horarios, higiene de sueño, ejercicio, horarios para actividades académicas, laborales y familiares.
En caso de notar emociones negativas, comprender que muchas son naturales, y pasajeras en su mayoría, pero cuando son muy intensas y comienzan a provocar malestar muy fuerte o dificultan las actividades, debe buscarse ayuda profesional.
Existe mucha evidencia sobre los beneficios de los ejercicios de relajación, los respiratorios y las prácticas de meditación, así como de la atención plena (mindfulness), que buscan llevar la mente a un punto, pudiendo ayudar a mitigar la intensidad o reducir la duración de las emociones negativas, así como las conductas que podemos tener a partir de ellas.
Trata de mantenerte pendiente y preguntarte cosas como: ¿Qué función cumple este cigarro, o esta copa? Si te haces consciente de cuándo y porqué consumes, podrás tener más posibilidad de decidir si realmente quieres hacerlo o no.
Si identificas conductas de consumo que te preocupen o notas que el uso de alguna sustancia interfiere con tus actividades, existen recursos públicos y privados en donde puedes recibir orientación, por ejemplo a través de los Centros de Integración Juvenil o los recursos disponibles a través de Secretaría de Salud. Sin embargo, si necesitas una ayuda más personal, no dudes en acercarte a un especialista de la salud mental.
Este texto tiene fines informativos y educativos. No sustituye la valoración médica ni psiquiatrica. Fue elaborado por la Dra. Adriana Espinosa de los Monteros González, especialista en psiquiatría.