Lo que debes de saber sobre el déficit de atención (TDAH) en adultos
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), se caracteriza por un patrón persistente de inatención, y/o hiperactividad e impulsividad.
El TDAH es un trastorno que interfiere en el funcionamiento de la persona. Los síntomas relacionados a las dificultades en la atención son:
Dificultad para prestar atención a detalles cometiendo errores por descuido
Dificultad para mantener atención en diferentes actividades lo que da apariencia de no escuchar
Problemas para seguir instrucciones, organizarse o completar tareas que requieran esfuerzo mental sostenido
Pérdida de objetos
Distracción por estímulos externos o pensamientos
Olvido de cosas cotidianas
La hiperactividad e impulsividad incluyen:
Dificultades para permanecer sentado,
Inquietud
Habla excesiva
Respuestas inesperadas
Constantes interrupciones
Dificultad para esperar turnos.
Estos síntomas suelen manifestarse antes de los 12 años, sin embargo, el trastorno no se identifica sino hasta que la persona es un adulto. En esta edad los signos se van modificando según las exigencias del entorno donde se desenvuelva la persona y puede llevar a relaciones inestables, mal desempeño en el trabajo o en la escuela, baja autoestima y otros problemas.
TDAH en adultos
Cuando los síntomas persisten después de los 17 años, le conocemos específicamente como TDAH del adulto. Dependiendo de la etapa en que se encuentre el adulto, es decir, universidad, trabajo, etcétera; se puede presentar con diferentes manifestaciones como:
Aburrimiento fácil
Dificultades para organizar el tiempo o para dar prioridad a las cosas que requieren solución o atención inmediata
Dificultad para conseguir objetivos personales o laborales
Mala administración del tiempo
Pérdida de objetos
Accidentes leves por distracción como golpes leves al automóvil
Olvido de cita
Estos síntomas se pueden presentar con diferentes grados de severidad hasta que en algún momento sean graves causando problemas importantes. Lo anterior puede generar frustración, baja autoestima, ansiedad y dificultades interpersonales por las exigencias del entorno.
Cuando se presenta desde la infancia, habitualmente se acompaña de dificultades escolares, no por falta de capacidad intelectual en la mayoría de los casos, sino por problemas de conducta, tareas incompletas, y dificultades similares. Posteriormente se pueden presentar problemas de fracaso académico, dificultades ocupacionales, problemas de autoestima, problemas en las relaciones, accidentes, abuso de sustancias, e incluso trastornos de ansiedad, depresión y adicciones.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico es clínico, es decir, a través de una entrevista con un especialista. Pero también se realizan estudios para corroborar o especificar las áreas comprometidas. Se realizan cuestionarios, escalas o estudios neuropsicológicos; electroencefalograma con estudio de la p300, así como estudios de imagen funcional.
Es importante la valoración especializada para poder diferenciarlo de otros trastornos que puedan presentarse con síntomas parecidos, como otros trastornos de salud mental, problemas físicos que afecten el razonamiento o comportamiento (enfermedades tiroides, problemas neurológicos, hipoglucemia (bajo nivel de azúcar en sangre) o incluso efectos de algunas drogas y medicamentos (alcohol y otras sustancias).
¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento depende de la gravedad, que va de leve a severa.
En casos leves, se puede intentar alguna terapia neuropsicológica para mejorar atención, concentración, evitar distracciones, etc.
En los severos, al tratarse de una alteración biológica cerebral, se requiere medicación específica, así como tratamiento de los síntomas que frecuentemente se encuentran a la par como depresión, ansiedad, consumo de tabaco y alcohol entre otros.
La elección del medicamento en adultos, depende de otros signos que pudieran presentarse a la par.
También es importante hacer una intervención psicoterapéutica para trabajar los aspectos emocionales, conductuales e interpersonales que haya ocasionado el trastorno.
Si crees que tu o algún familiar podría tener trastorno por déficit de atención e hiperactividad, acude a una valoración completa por algún especialista en la salud mental.
La Dra. Adriana Espinosa de los Monteros González es psiquiatra y actualmente labora en el Hospital Español.